"¡EMPIEZA LA TEMPORADA!"

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FUSION ANDORRA-TERUEL EN ALBARRA

14 de julio de 2009

GATICOS TUROLENSES BUSCAN HOGAR

Aprovecho este momento para editar una nueva entrada en este blog. No es de escalada, pero creo que la situación lo merece.


Creo que todo lo que tenga que ver con el respeto a las personas, los animales, las plantas y la naturaleza en general, nunca estará de más.




¡HOLA!
ESTAMOS BUSCANDO DUEÑO PARA ESTOS DOS GATITOS NEGROS.
NO TIENEN MÁS DE TRES SEMANAS, PERO ES UNA GOZADA VERLOS COMER Y JUGAR. EL NEGRO ES MACHO Y LA MOTEADA ES HEMBRA.

No tienen ni un mes de vida pero ya poseen una historia que contar:

Hace una semana iba caminando por una calle de Teruel pensando en lo que tenía que comprar para marchar de vacaciones. Eran las 5 de la tarde y el calor apretaba como nunca. Comienzo a bajar unas escaleras y de repente veo dos cositas negras moviéndose lentamente. Cual es mi sorpresa cuando me doy cuenta de que se trata de dos gatitos negros, llenos de barro y heces, con los ojos totalmente cerrados, encostrados y prácticamente en los huesos. Tan apenas podían moverse y bajo ese sol no creo que hubieran sobrevivido aquella tarde.
No es la primera vez que vivo escenas de este tipo y no podía creer que me volviera a suceder. Intenté pasar de largo, pensando que alguien los recogería pero a los 20 metros empecé a sentirme fatal y tuve que darme la vuelta a por ellos. Llamé a María para que viniera y me echara una mano.
Los cogí y fui camino de casa. Estaban muy asustados y no paraban de bufar, pues no veían nada. Eran tan pequeños y los veíamos tan mal que pensamos que lo mejor sería ir al veterinario y sacrificarlos para que dejaran de sufrir.
Cuando la veterinaria los vio, nos pidió que no los sacrificáramos, que con un tratamiento tendrían cura, pero que tendríamos que quedárnoslos en casa hasta encontrarles dueño. Justo nos íbamos de vacaciones y no podíamos creer lo que estaba ocurriendo. Dejar a alguien unos gatitos pequeños a los que había que curar los ojos cada pocas horas no iba a ser tarea fácil. Al final, mi madre accedió para cuidarlos durante toda esta semana. Así, que en la furgoneta y con todo el equipaje se vinieron los dos negritos para Monzón, a más de 300km de Teruel.
Allí los han cuidado y curado todos los días y poco a poco han ido recuperándose, mejorando su aspecto y abriendo los ojos que era lo que más nos preocupaba.
Ahora comen con muchísima gana, ya corren, juegan y comienzan a disfrutar de su infancia.
Esta mañana hemos vuelto a Teruel y los gatitos con nosotros, contentos y ronroneando cuando los tocas.

María y yo vivimos en un piso pequeño y tenemos ya dos gatos. No podemos permitirnos dos más, así que os estaríamos enormemente agradecidos si entre todos encontramos un hogar acogedor para ellos.

¡Muchísimas gracias!

Dani y María

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